Como ya comenté en otra entrada anterior, no solamente es un curso lingüístico en el aula, sino que están planificadas varias salidas y excursiones culturales con el objetivo no sólo de conocer la cultura inglesa y las costumbres del país, sino también con el propósito de fomentar el tiempo de relación entre los participantes de tal modo que se incrementa en paralelo la necesidad de hablar y practicar el idioma.
El pasado día 16 de julio la salida fue hasta el Castillo de Titangel, donde se "supone" nació el famoso Rey Arturo.
De hecho su historia nace gracias al historiador galés Godogredo de Monmouth en su libro Historia de los Reyes Británicos, escrito en el siglo XII.
Es en este mismo libro donde se dice que el lugar de nacimiento del Rey Arturo sería en Titangel, castillo del año 1200 y que en la actualidad no se sabe a ciencia cierta quién lo construyó y quién vivió realmente allí.
Se trata de una especial fortificación natural, que aprovecha un minipenínsula con un estrecho paso de acceso que le confiere una excelente defensa, como podéis apreciar en una de estas imágenes.
En otra imagen estoy con los compañeros de Polonia, justo a los pies de la subida de acceso a la entrada del castillo, tras la primera bajada hasta la minipenínsula.
Hoy por hoy es un lugar de peregrinaje atraído por la fama del Rey Arturo, pero que se convierte en una excelente oportunidad de disfrutar de los típicos acantilados ingleses, los cuales te ayudan a comprender el porqué, ellos adoran nuestras playas y nuestro clima.
El domingo 17 de julio nos llevaron a conocer la ciudad romana de Bath, muy conocida por sus baños.
Bath fue fundada como un complejo termal por los romanos bajo el nombre latino de Aquae Sulis en el año 43 después de Cristo.
En esta otra foto se puede apreciar que a veces toda la ciudad respira un aire muy parisino, sin que tenga que ver ninguna influencia francesa en su diseño.
Esta ciudad posee una de la Abadías más maravillosas de Inglaterra, famosa por ser dónde fue coronado el Rey Edgar en el año 973.
Se constituyó como ciudad patrimonio de la Humanidad en 1987.
Fue un día maravilloso, de nuevo con mucha suerte en lo climatológico.
Para destacar toda la zona centro con modernas tiendas y en especial todo el paseo fluvial de gran belleza y que merece la pena visitar aunque haya que pagar para acceder a él una libra y media.
Sin duda alguna para repetir algún día y terminar de verla con tranquilidad.
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